REDACCION CENTRAL,
La caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 fue un sueño que se hizo realidad por los cristianos de todas las denominaciones y por las organizaciones que habían trabajado para derrotar el comunismo. Entre ellas, estaba Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), entonces dirigida por su fundador, el sacerdote holandés Werenfried van Straaten.
La oficina de ACN en Reino Unido, con motivo de este importante acontecimiento, comparte un mensaje del P. Werenfried enviado a los benefactores de la institución: "Tras esperar 42 años a que sucediera este cambio, nuestra credibilidad estaría en juego si no estamos doblemente más dispuestos a realizar sacrificios para ayudar a la Iglesia perseguida".
"Incluso en aquellos lugares donde la Iglesia ha sido liberada de sus cadenas, carece de todos los medios de supervivencia. Su liberación habrá sido en vano si no hay sacerdotes, programas de difusión y libros".
En 1952, tras recibir los informes de las violaciones de los derechos humanos y la persecución de la Iglesia en países que habían caído bajo el régimen comunista, el P. Werenfried amplió sus esfuerzos de ayuda para estas regiones.
La Unión Soviética era un territorio inaccesible. Solo era posible difundir la Buena Nueva allí mediante las transmisiones de radio realizadas desde fuera del país o mediante el contrabando de biblias. En otros países de la esfera soviética, como Polonia y Yugoslavia, se podía proporcionar más ayuda.
Una vez que cayó el Muro de Berlín en 1989, la ayuda que siempre se había distribuido en secreto comenzó a entregarse abiertamente, y en algunos casos fue solicitada incluso por los gobiernos.