MADRID,
Los Obispos de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) enviaron una declaración con motivo del 30 aniversario de la caída del muro de Berlín, y que significó la desaparición de los regímenes comunistas en Europa del este y de la Unión Soviética.
"La caída del muro de Berlín no es solo un acontecimiento del pasado que se celebra, sino que posee una dimensión profética. Nos ha enseñado que construir muros entre las personas nunca es la solución y es una llamada a trabajar por una Europa mejor y más integrada", aseguran en este documento publicado el pasado 6 de noviembre.
Según explican los representantes de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea la caída del muro de Berlín, que tuvo lugar el 9 de noviembre de 1989, fue uno de los acontecimientos más importantes en la historia europea de las últimas décadas.
Los obispos europeos recuerdan que el muro fue un símbolo de la división ideológica de Europa y del mundo entero y que pudo derribarse gracias a los esfuerzos y el compromiso "de un gran número de europeos que expresaron de manera constante y pacífica su profundo anhelo por el cambio político".
Unos esfuerzos, según recogen en Vatican News, se iniciaron y tienen que ver con los cambios que tuvieron lugar en Hungría a principios de 1989, el colapso del telón de acero en abril y las primeras elecciones libres en Polonia en junio que culminaron con la caída del muro de Berlín, un hecho que abrió el camino para recuperar la libertad después de más de 40 años de regímenes opresivos en países de Europa Central y del Este.
En el documento también destacaron la importancia del papel de San Juan Pablo II y recordaron sus palabras: "¡Europa necesita respirar con dos pulmones!".