El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Mons. Óscar Ojea, recordó a los obispos que la esencia de su vocación misionera es invitar a la mesa del Señor a todos los pobres y hermanos más alejados en la fe.
Mons. Ojea dijo estas palabras durante el inicio de la 118° Asamblea Plenaria de la CEA que se realiza del 4 al 9 de noviembre en la casa de retiros El Cenáculo, ubicado en la localidad de Pilar, con el objetivo de revisar distintos temas de la realidad pastoral del país.
"Nosotros ya hemos sido invitados al banquete del que nos habla el Evangelio. Él ha puesto la mesa para nosotros. Sin embargo, para poder disfrutar en plenitud de este banquete que ha transformado nuestras vidas, la misma dinámica del amor de Dios nos invita a la vez a nosotros, a tender la mesa para todos los hermanos, realizando así la esencia de nuestra vocación que es misionera", expresó Mons. Ojea durante la Misa.
En su reflexión el presidente de la CEA expresó su impresión porque en el Sínodo de la Amazonía celebrado en Roma, se "insistiera tanto en la formación misionera de laicos y sacerdotes. En la necesidad de una mayor audacia y coraje para invitar a la mesa del Reino a tantos hermanos que han vivido en su pobreza la experiencia del abandono y del rechazo de otros".
En ese sentido, reflexionó que ellos "necesitan ver una Iglesia lejana a todo interés, preservada de las mezquindades habituales que se dan en las relaciones sociales y ajena a todo cálculo y estrategia que empañe la transparencia con la que compartimos el tesoro de un Evangelio que no es propiedad nuestra sino al que hemos sido llamados a servir, ya que el Evangelio es anuncio y servicio".
Para lograrlo, el Obispo de San Isidro destacó la importancia de buscar "nuevos caminos para dialogar con todos los hombres sin ninguna exclusión".