Pekín,
Hace unos días un grupo de sacerdotes y feligreses se atrincheró en una iglesia católica en la provincia china de Hebei para tratar de evitar que el gobierno la derribe, según señalan los informes.
La protesta comenzó a las 6 de la mañana del jueves 31 de octubre en la iglesia en Wu Gao Zhang, parte del distrito Guantao de Hebei, en la costa del norte de China. Las autoridades han ordenado que la iglesia sea destruida a pesar de que está completamente reconocida y aprobada por el gobierno. Según el medio AsiaNews, las autoridades locales indicaron que el edificio carece de los permisos adecuados.
En septiembre de 2017, China promulgó nuevas regulaciones estrictas para la religión. Desde entonces, las autoridades han estado vigilantes para que se cumplan los requisitos para los permisos. Las iglesias que no cumplen son destruidas.
Según AsiaNews, muchos católicos chinos dicen que el acuerdo entre la Santa Sede y China de septiembre del 2018 animó al gobierno a tomar medidas punitivas contra los católicos que no pertenecen a iglesias aprobadas por el estado.
Según los informes, los funcionarios pública afirman que "el Vaticano nos apoya" y han ordenado la destrucción de otras 40 iglesias.
Durante décadas, la Iglesia en China se dividió entre la Asociación Católica Patriótica China, una Iglesia estatal bajo el control del Partido Comunista Chino y la Iglesia clandestina que estaba en plena comunión con la Santa Sede. El acuerdo de 2018, cuyos detalles no se han publicado, tenía la intención de unificar las dos comunidades eclesiásticas, aunque múltiples informes de China han indicado que los sacerdotes y laicos que se niegan a adorar en las iglesias administradas por el gobierno se enfrentan a una mayor persecución.