VATICANO,
El Papa Francisco aseguró que la Solemnidad de Todos los Santos, que la Iglesia celebra este viernes 1 de noviembre, "nos recuerda que todos estamos llamados a la santidad".
En su reflexión previa al rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, ante una multitud de fieles congregados junto al Palacio Apostólico, el Santo Padre afirmó que "los Santos y las Santas de todos los tiempos, que hoy celebramos todos juntos, no son simplemente unos símbolos de los seres humanos lejanos e inalcanzables".
Por el contrario, "son personas que han vivido con los pies en la tierra; han experimentado la fatiga cotidiana de la existencia con sus éxitos y sus fracasos, encontrando en el Señor la fuerza de levantarse siempre y continuar el camino".
"De ello se comprende que la santidad es una meta que no se puede alcanzar únicamente contando con nuestras propias fuerzas, sino que es el fruto de la gracia de Dios y de nuestra libre respuesta a ella. Por lo tanto, la santidad es regalo y es llamada".
El Papa Francisco explicó que la gracia de Dios "es algo que no podemos comprar o intercambiar, sino acoger, participando así en la misma vida divina por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros desde el día de nuestro Bautismo".
"La semilla de la santidad es, precisamente, el Bautismo", subrayó. "Se trata de madurar cada vez más en la conciencia de que estamos injertados en Cristo, como la rama está unida a la vid, y, por lo tanto, podemos y debemos vivir con Él y en Él como hijos de Dios. Por lo tanto, la santidad es vivir en plena comunión con Dios, desde ahora mismo, durante la peregrinación terrena".