Seis nuevos sacerdotes ordenados en el Santuario de Schöenstatt de Santiago (Chile) recibieron la importante misión de descubrir a los hermanos que sufren y junto a ellos luchar contra las causas de injusticia y dolor que hoy se hacen visibles en las protestas.
El mensaje del Administrador Apostólico de Santiago, Mons. Celestino Aós, se situó en el contexto de las manifestaciones de la ciudadanía por la falta de políticas públicas que permitan una vida digna, sobre todo para las personas más vulnerables. Estas demandas sociales se han expresado a través de masivas protestas pacíficas, pero que un grupo de desadaptados llevan a actos de vandalismo y ataque a los bienes públicos y privados.
"Nosotros como sacerdotes somos ungidos y enviados a descubrir a esas personas que sufren, para consolar a los afligidos. Nuestra oración y reflexión cristiana ayudará a los hermanos a situarse ante el misterio del dolor, y junto a ellos buscaremos las causas de la injusticia y del dolor para luchar contra ellas, y para corregir cuanto sea preciso corregir".
"Tendremos que mirarnos a nosotros mismos y humildemente reconocer y pedir perdón por la parte de responsabilidad que nos cabe en estas situaciones", sostuvo en su homilía Mons. Aós.
"Las circunstancias que rodean vuestra consagración están alteradas por las demandas de justicia, de miles de hermanos que se expresan de modo pacífico. Pero también por otros que eligen el camino de la violencia, el saqueo, los incendios, la represión desmedida. Vivimos momentos en que descubrimos cuánto sufrimiento hay entre nosotros y cuánto sufrimiento que no se expresa pero que está", reflexionó el obispo.
"Ser sacerdote hoy es hermoso y es exigente, porque somos enviados a todos para sostener a los encaminados y para invitar a la conversión a los extraviados", aseguró.