MADRID,
El Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia (España) envió un comunicado en el que realizan una valoración desde la bioética de las últimas investigaciones del grupo de Juan Carlos Izpisua que han conseguido producir un híbrido de humano y mono para conseguir órganos humanos para trasplantes.
Según explican, las investigaciones biomédicas del grupo de Juan Carlos Izpisua se centran en la producción de híbridos o quimeras humano-animales, el desarrollo de métodos para hacer más eficiente la técnica CRISPR, que sirve para modificar el genoma de cualquier célula y la reprogramación celular "in vivo" para prevenir el envejecimiento. Pero ahora han ampliado sus objetivos de investigación a la producción de "embrioides humanos" para ser utilizados en investigaciones biomédicas.
El Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia señaló que estos campos de investigación sin duda "son importantes desde el punto de vista médico y social, pero que también plantean objetivos problemas bioéticos".
La creación de híbridos o quimeras humano-animales se reportó por primera vez en mayo de 2015, y consistió en inyectar células troncales embrionarias humanas en embriones de ratones para que en ellos se pudieran generar órganos cuasi humanos, que pudieran ser utilizados para trasplantes en la clínica humana.
Posteriormente, en el año 2017, se produjeron quimeras humano-animales con cerdos y vacas, animales de mayor tamaño.
Las implicaciones bioéticas a la obtención de quimeras humano-animales, es decir, a estos animales que albergan células humanas, y posiblemente en el futuro también tejidos y órganos, ofrece grandes posibilidades para investigaciones biomédicas, pero sobre todo para la producción de órganos para trasplantes.