Los escritos del recién canonizado Cardenal John Henry Newman ofrecen importantes reflexiones para la sociedad contemporánea sobre la libertad de conciencia y el deber de buscar la verdad, dijo una figura destacada en la libertad religiosa internacional.
"Newman prefiguró la Declaración de 1965 de la Iglesia sobre la libertad religiosa, Dignitatis humanae" mencionó el presidente del Religious Freedom Institute, Thomas Farr.
Farr, quien se desempeñó como director inaugural de la Oficina de Libertad Religiosa Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos a principios de la década del 2000, habló en un simposio organizado por el Instituto Thomistic en la Universidad Angelicum en Roma a principios de este mes. El evento celebró la canonización del Cardenal Newman realizada el 13 de octubre.
Newman fue un teólogo, poeta, sacerdote católico y cardenal del siglo XX. Nació en 1801 y antes de su conversión al catolicismo fue un conocido y respetado académico de Oxford, predicador anglicano e intelectual público.
Farr mencionó que la frase conocida del Cardenal Newman: "La conciencia tiene derechos porque tiene deberes", ofrece un importante recordatorio de que estamos obligados a formar nuestra conciencia en la verdad, reconociendo que "nuestra libertad no nos da el derecho moral para hacer lo incorrecto".
Dignitatis humanae afirma el derecho a la libertad religiosa, una libertad que no puede ser coaccionada en materia de conciencia, dijo Farr, citando del documento: "Dios llama a los hombres a servirle en espíritu y en verdad, por lo tanto, están obligados en conciencia pero no están bajo ninguna coacción. Dios tiene en cuenta la dignidad de la persona humana que Él mismo creó y el hombre debe guiarse por su propio juicio y debe disfrutar de la libertad".