Unos 1.200 docentes recibieron el Protocolo Arquidiocesano para el cuidado de niñas, niños, adolescentes y personas vulnerables, durante el XV Encuentro de Educadores Católicos de Corrientes.
La actividad organizada por la Junta Arquidiocesana para la Educación Católica (JAEC), tuvo como propósito "generar espacios que promuevan el encuentro y la reflexión en torno a diversas temáticas del quehacer educativo con clave pastoral".
Al iniciar la jornada se leyó un mensaje del Arzobispo de Corrientes, Mons. Andrés Stanovnik, quien expresó que con "las normas (del protocolo) queremos tomar conciencia en todos los ámbitos de la Iglesia, y en este caso, en el área educativa, que está bajo su responsabilidad, sobre la seriedad y trascendencia de este tema, para dejar en los niños huellas imborrables para bien, y no para mal".
En este sentido, sostuvo que "la educación deja huella cuando todo lo que aprendemos nos hace más personas, más capaces para el encuentro con el otro, más sensibles a las necesidades de los más pobres, más abiertos a dialogar y a convivir respetuosamente con los que son y piensan de otra manera".
"La única finalidad que le da sentido a la educación es cuando está enfocada hacia el amor y el servicio, tal como lo aprendemos del misterio de Jesús, desde su encarnación, pasión, muerte y resurrección", agregó.
Durante la jornada que llevó por lema "Llamados y enviados a dejar huella", los participantes escucharon la charla titulada "Honrar la inocencia" del profesor Juan Ignacio Fuentes, en la que se enfatizó sobre la protección de la infancia en la escuela católica. El evento culminó con una Misa.