VATICANO,
El Obispo de Castanhal (Brasil), Mons. Carlo Verzeletti, se manifestó a favor de la ordenación de hombres casados de probada virtud, los llamados viri probati.
"En el Sínodo sustenté y sigo sustentando la importancia de poder ordenar hombres casados para el ministerio sacerdotal, para que la Eucaristía pueda convertirse en una realidad más próxima a nuestras personas y nuestras comunidades, para que estos hombres casados puedan, de hecho, acompañar la vida de sus pueblos, la vida de sus comunidades", dijo el Prelado durante la conferencia de prensa realizada este lunes 14 de octubre en la Sala Stampa del Vaticano.
El Prelado, cuya diócesis está ubicada en el estado de Pará en Brasil, explicó que en su jurisdicción hay "una realidad exigente porque tenemos más de 800 mil habitantes con 1110 villas y poblados para ser atendidos. Con solo 45 sacerdotes de los cuales cinco ya tienen más de 80 años".
"Por eso, con nuestros sacerdotes no estamos en condición de vivir aquí aquello para lo cual fueron constituidos, porque como dice la Presyterorum ordinis (ndr: documento sobre los sacerdotes) en el número 3 y también la Carta a los Hebreos, 'tomados de entre los hombres y constituidos en favor de los mismos', pero esto no sucede porque para encontrar a las personas algunas veces por años y celebrar la Misa rápido, cuatro, cinco veces por año, ellos corren de un lugar para otros y no tienen tiempo de acompañar la vida del pueblo, de estar en medio del pueblo, de ofrecer un verdadero cuidado pastoral", continuó.
De este modo, opinó el Prelado, "el sacerdote se convierte en un distribuidor de sacramentos algunas veces en el año. Por causa de esto en el Sínodo sustenté y sigo sustentando la importancia de poder ordenar hombres casados para el ministerio sacerdotal, para que la Eucaristía pueda convertirse en una realidad más próxima a nuestras personas y nuestras comunidades, para que estos hombres casados puedan, de hecho, acompañar la vida de sus pueblos, la vida de sus comunidades".
El Obispo dijo además que al "hablar de estos hombres casados ordenados no estoy pensando en padres de segunda categoría, sino en personas preparadas que tengan una vida ejemplar. A veces nos lamentamos de nuestros sacerdotes. ¡Cuántos sacerdotes buenos tenemos, pero también cuantos padres, como el Papa dice, están clericalizados, que solo piensan en sí mismos!".