Ecuador enfrenta una grave crisis social con violentas protestas callejeras desde que el 1 de octubre el presidente Lenin Moreno anunció un reajuste económico que responde al acuerdo de febrero con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha dado al país acceso a créditos por 4.209 millones de dólares en tres años, de los cuales 900 millones ya fueron entregados.
Según el FMI, las medidas económicas de Moreno "tienen como objetivo mejorar la resiliencia y la sostenibilidad de la economía ecuatoriana".
Sin embargo, de todas las medidas la que más rechazo ha recibido es la eliminación del subsidio a los combustibles que regía desde hace 40 años.
Así, el 7 de octubre Lenin Moreno se vio obligado a trasladar la sede del gobierno a Guayaquil, debido a las violentas protestas en Quito, a las que se ha sumado la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE).
En los últimos días se han registrado choques entre la policía y los manifestantes, con barricadas, calles y comercios cerrados. Incluso el 8 de octubre los manifestantes asaltaron la sede de la Asamblea Nacional y tuvieron que ser expulsados por los efectivos. Los parlamentarios no se encontraban en el edificio.
En Guayaquil también ocurren manifestaciones contra el reajuste económico de Moreno, y que ha llevado a desplegar un gran número de policías. Mientras tanto, el Gobierno decretó el sábado 12 octubre el toque de queda y militarización de Quito.