MADRID,
Gregoire Ahongbonon era un empresario de Costa de Marfil que tras un duro revés de la vida se convirtió al cristianismo y comenzó a cuidar a los enfermos mentales que buscaban comida en la basura; desde entonces ha fundado decenas de centros médicos y más de 100 mil personas se han recuperado gracias a su ayuda.
La enfermedad mental en África es considerada como una posesión demoníaca. Quienes la sufren son apartados de la sociedad y en muchas ocasiones encadenados. La OMS estima que el 1% de la población sufre esquizofrenia, pero no hay datos relacionados contras enfermedades.
Sin embargo Gregoire Ahongbonon, sin ser médico ni terapeuta, ha llevado a cabo un gran milagro en Costa de Marfil, Benín, Togo y Burkina Faso. Porque gracias a su trabajo en los últimos 30 años, más de 100 mil personas con enfermedad mental han mejorado y quienes se curaron se han convertido en los propios enfermeros.
Pero el camino hasta aquí ha sido largo y duro. Gregoire cayó en una fuerte depresión y pensó incluso en suicidarse, después de haber tenido éxito en los negocios y luego arruinarse. Sin embargo, su encuentro con un sacerdote le salvó la vida. Lo llevó a Tierra Santa y allí se convirtió.
"En Tierra Santa este sacerdote explicó que cada cristiano debe poner una piedra para construir la Iglesia. Y me pregunté cuál sería mi piedra", explicó. Ahí comenzó todo. Tras volver a Costa de Marfil decidió junto a su mujer y unos amigos ayudar a quienes más lo necesitaban. Comenzaron repartiendo comida en las calles, después limpiando a los enfermos en un hospital cercano e hicieron un fondo económico para comprarles medicamentos a quienes no tenían recursos. "Muchos de ellos mejoraron. Y quienes morían, al menos lo hicieron dignamente", aseguró.
En 1990, Gregoire se encontró por primera vez con un enfermo mental. "En África está extendida la idea de que son endemoniados, poseídos, personas peligrosas, yo también pensaba lo mismo y tenía miedo. Un día vi cómo un hombre estaba estaba buscando la comida en la basura, a medida que lo miraba veía en él al mismo Jesucristo, necesitado, pobre, abandonado, solo… Era un enfermo mental. Y fui a hablar con él", explicó a ACI Prensa.