La Asamblea Plenaria de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) se clausuró el domingo 6 de octubre después de tres días de reuniones en la Archidiócesis de Santiago de Compostela (España) bajo el lema "Europa, ¿es hora de despertar?".
Al término de esta reunión, los participantes hicieron público un mensaje final en el que recordaron la importancia de Santiago de Compostela como lugar de peregrinación, especialmente importante como sucesores de los apóstoles.
"Desde la tumba del Apóstol Santiago, meta de numerosos peregrinos provenientes de muchos lugares de nuestro continente, ante la que nosotros, obispos del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa, renovamos nuestra profesión de fe sobre el fundamento de los Apóstoles", afirmaron en el mensaje.
También invitaron a Europa a redescubrir sus raíces, a percibir los signos de esperanza en la sociedad actual y pidieron perdón por los pecados de los miembros de la Iglesia.
"Queremos transmitir un mensaje de esperanza a una Europa angustiada y decirle con fuerza: levántate, Europa", "en las diversas historias y tradiciones, en los antiguos y nuevos desafíos, hay elementos de esperanza" y afirmaron que "conscientes de nuestros límites y de tantas debilidades que causan sufrimiento a toda la Iglesia, también nosotros llegamos a la Catedral para depositar, en el rito del Abrazo, nuestra aflicción y súplica en los hombros del Apóstol, para pedir perdón por nuestros errores y comprometernos nosotros mismos con esperanza y confianza en el futuro".
Los obispos también recordaron el ejemplo de tantos santos y mártires, antiguos y contemporáneos, cuyas vidas y testimonios son un auténtico impulso para encontrar los signos de esperanza en medio de los tiempos actuales y aseguraron que "brillan como estrellas en el firmamento".