VATICANO,
Mons. Cristóbal López Romero es Arzobispo de Rabat y uno de los 13 nuevos Cardenales que el Papa Francisco creará en el Consistorio que se celebrará en la tarde de este sábado 5 de octubre.
En declaraciones exclusivas a ACI Prensa explicó que tras el Consistorio del que saldrá purpurado "en el 98% de mi actividad, no habrá cambio", aunque sí se producirán cambios en cuanto a su responsabilidad en el conjunto de la Iglesia o en su relación con las autoridades marroquíes, que se verá facilitada.
"Yo sigo siendo Arzobispo de Rabat, esa es mi tarea, eso es lo que la Iglesia me ha pedido. Pero en ese 2% restante lo que sí cambiará es que tendré que viajar un poco más a Roma para participar en alguna reunión, en alguna Comisión".
No obstante, "sobre todo, lo que va a cambiar, es que en mi cabeza y en mi corazón, en lugar de pensar solamente en la Archidiócesis de Rabat, que es mi esposa, deberé pensar un poquito más en la Iglesia universal, porque la tarea del Cardenal es estar al lado del Papa para apoyarle, aconsejarle si nos pide una opinión o realizar las tareas que él nos encomendase puntualmente o de forma estable".
"De manera que deberé tener más presente que, siendo responsable de la Iglesia que está en Rabat, mi preocupación tendrá que desbordar esos límites e ir hacia la Iglesia universal. Pero fundamentalmente mi vida va a seguir siendo la misma. Quizás, el hecho de ser Cardenal me dé un poco más de entrada en cuanto a la relación con las autoridades civiles marroquíes, pero no lo sé".
Durante la entrevista, Mons. Cristóbal López describió las comunidades cristianas de la Iglesia en Rabat como "jóvenes, vivas, atrayentes. A pesar de que somos una Iglesia insignificante por la cantidad de cristianos, apenas 30 mil en medio de 37 millones de musulmanes, sin embargo, es una Iglesia significativa. Insignificante por pequeña, diminuta, pero significativa por el mensaje que podemos transmitir a la Iglesia Universal y al mundo entero".