VATICANO,
El Papa Francisco presidió este 4 de octubre la ordenación episcopal de cuatro nuevos obispos en la Basílica de San Pedro del Vaticano y les pidió anunciar "la verdadera palabra, no discursos aburridos que nadie comprende".
Los cuatro nuevos obispos son Mons. Michael Czerny SJ, subsecretario de la sección migrantes y refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, elegido Arzobispo titular de Benevento y que recibirá el birrete cardenalicio en el consistorio del sábado 5 de octubre; Mons. Paolo Borgia del clero de la Arquidiócesis de Manfredonia-Vieste–San Giovanni Rotondo, elegido Arzobispo titular de Milazzo e nombrado Nuncio Apostólico; Mons. Antoine Camilleri del clero de la Arquidiócesis de Malta, elegido Arzobispo titular de Skálholt y nombrado Nuncio Apostólico; y Mons. Paolo Rudelli del clero de la Diócesis de Bergamo (Italia) elegido Arzobispo titular de Mesembria y nombrado Nuncio Apostólico.
La ceremonia de la ordenación episcopal se realizó en un clima de devoción, en la cual el Santo Padre impuso las manos a los nuevos obispos y después otros concelebrantes hicieron lo mismo. Además, el Pontífice entregó los símbolos del obispo a cada uno: el Evangelio, el anillo, la mitra y el báculo.
Durante la homilía, que se basó en la edición italiana del Pontifical Romano para la ordenación de obispos, el Papa animó a anunciar el Evangelio "en toda ocasión" y recordó que los pilares del obispo son la oración y el anuncio de la Palabra.
"Anuncien la Palabra en toda ocasión: oportuno y no oportuna. Anuncien la verdadera Palabra, no discursos aburridos que nadie comprende. Anuncien la Palabra de Dios. Recuerden que, según Pedro, en los Hechos de los Apóstoles, las dos principales funciones del obispo es la oración y el anuncio de la Palabra. Después, todas las demás funciones, pero estas dos son los pilares", dijo el Papa.
Además, Francisco recordó la "alta responsabilidad eclesial" a la que son llamados los cuatro nuevos obispos, porque cuando "nuestro Señor Jesucristo fue enviado por el Padre para redimir a los hombres mandó a su vez al mundo a los doce apóstoles, para que llenos del poder del Espíritu Santo anunciaran el Evangelio a todos los pueblos y, reuniéndoles bajo un único pastor, les santificaran y les guiaran a la salvación".