Miles de peregrinos visitan diariamente la famosa iglesia de la Natividad en Tierra Santa y pasean por los alrededores para visitar los lugares santos referidos al nacimiento y los primeros días del Señor Jesús en la tierra.
Pero pocos saben que, apenas a 300 metros del famoso templo, un grupo de hermanas de la familia religiosa del Verbo Encarnado, nacida en Argentina, literalmente salva la vida de niños y jóvenes discapacitados de Belén y los alrededores.
La Casa Niño Dios fue creada por las religiosas de la familia espiritual del Verbo Encarnado el 2005, al descubrir que la Autoridad Palestina, carente de recursos, deja de proveer asistencia a los pequeños con discapacidad mental o física pasados los cinco años de edad.
La mayoría de los padres carece de recursos para proporcionar tratamiento adecuado, y algunos de estos niños terminan abandonados en las calles de Belén o en las poblaciones cercanas.
"Nosotros tratamos de proporcionarles ante todo una vida digna, de hijos de Dios, y la mejor terapia posible, aunque sabemos que muchos de ellos, por la naturaleza de su discapacidad, vivirán siempre aquí con nosotros", explica a ACI Prensa la hermana María de Roncesvalles, natural de Buenos Aires.
De la Casa Niño Dios se encargan cinco misioneras del Verbo Encarnado, cuatro argentinas y una española; pero cuentan con el apoyo de voluntarios de la Acción Católica Italiana, de la organización española Youth Wake up y de la italiana UNITALSI.