MADRID,
La persecución religiosa durante la Guerra Civil española no hizo distinción de personas, el libro "Gitano y Obispo unidos en el martirio" muestra cómo la firmeza en la fe llevó al mismo final al gitano Ceferino Malla y a Mons. Florentino Asensio, que llevaba pocos meses al frente de la diócesis.
En los años de la persecución religiosa durante la Guerra Civil española (1936-1939) fueron asesinados en la localidad de Barbastro, en Huesca, 9 de cada 10 sacerdotes, casi la totalidad de los religiosos y los laicos.
Allí se encontraron las vidas de Ceferino Giménez Malla, conocido como 'El Pelé', tratante de ganado de etnia gitana, y profundamente creyente, con el Obispo Florentino Asensio, quien llevaba pocos meses en Barbastro como Prelado de la Diócesis.
A pesar de ser personas tan distintas, los dos compartieron la persecución y la muerte por ser cristianos, y les unió el morir perdonando a sus asesinos, lo que les valió ser reconocidos como mártires en una beatificación que presidió San Juan Pablo II en el Vaticano el 4 de mayo de 1997.
Martín Ibarra Benlloch, especialista de la Diócesis de Barbastro, recogió estas dos vidas en el libro "Gitano y Obispo unidos en el martirio".
Ibarra Benlloch explicó a ACI Prensa que Ceferino Giménez Malla, 'El Pelé', era un "gitano que nace a mediados del siglo XIX, analfabeto y nómada que llega a Barbastro, allí conoce la vida cristiana progresivamente. Se hizo terciario franciscano y tenía un profundo amor a la Eucaristía y al rosario".