En una conversación que mantuvo con un amigo sacerdote, San Pío de Pietrelcina demostró que consideraba la práctica del aborto no solo como el asesinato de un ser humano inocente, sino como "un verdadero suicidio" para la humanidad.
La famosa historia se desarrolló en medio de una conversación entre San Pío y el fraile franciscano Pellegrino Funicelli, quien la compartió en su libro Jack of All Trades of Padre Pio de 1991.
En la conversación, el P. Funicelli le dijo al santo: "Hoy negaste la absolución a una mujer porque ella se había sometido voluntariamente a un aborto. ¿Por qué has sido tan riguroso con esta pobre desafortunada?" (el Padre Pío a veces se negaba a dar la absolución a un penitente si mostraba una contrición insuficiente; a menudo regresaban y sólo daba la absolución si eran sinceros).
San Pío respondió: "El día en que las personas pierdan su horror por el aborto será el día más terrible para la humanidad. El aborto no es sólo un homicidio, sino también un suicidio. ¿No deberíamos tener el coraje de manifestar nuestra fe ante quienes cometen dos crímenes en un solo acto?".
"¿Suicidio?", preguntó el P. Pellegrino.
"El suicidio de la raza humana será entendido por aquellos que verán la tierra poblada por ancianos y despoblados de niños: Quemados como un desierto", respondió el Padre Pío.