VATICANO,
En su homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta de este 19 de septiembre, el Papa Francisco recordó a los sacerdotes que su primera tarea es "proclamar el Evangelio".
"Sí, los sacerdotes, todos nosotros, debemos hacer cosas y la primera tarea es proclamar el Evangelio, pero debemos custodiar el centro, la fuente, de donde brota esta misión, que es precisamente el don que hemos recibido gratuitamente del Señor", dijo el Papa.
En esta línea, el Santo Padre exhortó a recordar que el ministerio sacerdotal es un don gratuito de Dios y que debe ser custodiado como tal, sin apropiarse de él y transformarlo en una "función o un "pacto de trabajo".
"No es un pacto de trabajo: 'Yo tengo que hacer'. El hacer está en segundo plano; yo debo recibir el don y custodiarlo como un don y de ahí todo fluye, en la contemplación del don. Cuando olvidamos esto, nos apropiamos del don y lo transformamos en función, perdemos el corazón del ministerio, perdemos la mirada de Jesús que nos ha mirado a todos y nos ha dicho: 'Sígueme'. Perdemos la gratuidad", dijo Francisco.
Por ello, el Pontífice invitó a reflexionar en el pasaje de la primera Carta de San Pablo a Timoteo de la liturgia cotidiana para centrarse en la palabra "don" y dejar resonar el consejo de San Pablo al joven discípulo: "No descuides el don que hay en ti".
"De esta falta de contemplación del don, del ministerio como don, surgen todas aquellas desviaciones que conocemos, desde las más feas, que son terribles, hasta las más cotidianas, que hacen que centremos nuestro ministerio en nosotros mismos y no en la gratitud del don y en el amor hacia Aquel que nos ha dado el don, el don del ministerio", afirmó.