Antes de ingresar al convento, Santa Teresita del Niño Jesús conoció el caso de Henri Pranzini, un asesino que pronto sería ejecutado por sus crímenes. Gracias a las oraciones de la santa surgió una historia de conversión.
En su visita a la cárcel de Barlinnie para llevar las reliquias de Santa Teresita en 2019, el Arzobispo de Glasgow (Escocia), Mons. Philip Tartaglia, relató este pasaje de la vida de la Patrona de las Misiones.
“Cuando tenía 14 años y antes de entrar al convento, Teresa Martin y con ella toda Francia, conocían el caso de Henri Pranzini, un prisionero que mató a tres mujeres incluyendo una niña, crimen por el cual iba a ser ejecutado”, dijo el Prelado.
En París, Piranzini asesinó a Marie Regnault, Annette Gremeret y Marie Louise, hija de esta última. Eso ocurrió en marzo de 1887.
Mons. Tartaglia explicó que el asesino “nunca admitió su culpa y tampoco mostró arrepentimiento así que Teresa comenzó a rezar por su conversión. Teresa comenzó a rezar por él y su conversión”.
El día de su ejecución, relata la santa, “Pranzini no había confesado, se había subido al andamio y se estaba preparando para pasar la cabeza por el agujero sombrío, cuando de repente, atrapado por una inspiración súbita, se dio la vuelta, tomó el crucifijo que le presentó el sacerdote y besó sus sagradas heridas tres veces".