VATICANO,
"Una joven laica que se presenta como excelso modelo para la Iglesia de hoy, sobre todo para los jóvenes y para los enfermos". Así definió el Cardenal Giovanni Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos a la beata italiana Benedetta Bianchi Porro, beatificada este sábado 14 de septiembre, Fiesta de la Exaltación de la Cruz.
Benedetta Bianchi Porro padeció desde su adolescencia una poliomielitis que le produjo graves secuelas físicas y una rara enfermedad degenerativa que terminaría causándole una parálisis total y, finalmente, la muerte.
En la homilía de la Misa de beatificación el Cardenal Becciu destacó que la beata Benedetta Bianchi Porro, fallecida en el año 1964 a los 27 años, "fue un verdadero testimonio de la cruz. Ella inmoló su propia vida siguiendo el ejemplo de Jesús y en unión con Él".
"Nos encontramos ante una existencia fascinante: la grandeza humana y espiritual de una joven extraordinariamente dotada, que consiguió superar valientemente, y traducir en clave evangélica, las condiciones más negativas que puedan acompañar a un individuo".
El Cardenal destacó que, como consecuencia de su enfermedad, todo el cuerpo de Benedetta "se convirtió en un crucifijo viviente: sordera, ceguera, parálisis, insensibilidad, privación del olfato, afonía, la casi total anulación de las comunicaciones con las personas y con su entorno".
Sin embargo, "esta secuencia de sufrimientos y de destrucción física llevará a Benedetta a una profunda unión con Dios en la oración y, por lo tanto, a una gran heroicidad en el ejercicio de todas las virtudes".