VATICANO,
El Papa Francisco se reunió con más de cien nuevos obispos que llegaron a Roma tras su ordenación episcopal, y les aconsejó no rodearse de "lacayos" ni de "sacerdotes 'trepas' que siempre buscan algo".
El Papa se reunió este 12 de septiembre con los prelados que participaron en la capital italiana en el tradicional curso para obispos ordenados episcopalmente el año pasado. La formación se realizó en el Regina Apostolurum de Roma y reflexionaron, entre otros temas, sobre el concepto de la sinodalidad.
Como cada año, este curso fue organizado por la Congregación para los Obispos y por la Congregación para las Iglesias Orientales. Los prelados concluyeron este tiempo en Roma con la celebración de una Misa en la Basílica de San Pedro e inmediatamente después con una audiencia privada con el Papa Francisco en la Sala Clementina del Vaticano.
En su discurso pronunciado este 12 de septiembre, el Pontífice agradeció al Cardenal Marc Ouellet y al Cardenal Leonardo Sandri por la coordinación de este curso de formación para los nuevos obispos, ya que para algunos que no han vivido en Roma, fue la primera vez que intercambiaron reflexiones con miembros de los diferentes dicasterios de la Curia Romana.
"Juntos, como nuevos miembros del Colegio Episcopal, han bajado hace poco a la tumba de Pedro, el 'trofeo' de la Iglesia de Roma", dijo el Papa al referirse a su peregrinación en la Basílica Vaticana.
En esta línea, el Santo Padre afirmó que los nuevos obispos "confesaron la misma fe que el Apóstol. No es una teoría o un compendio de doctrinas, sino una persona, Jesús. Su rostro nos acerca a la mirada de Dios. Nuestro mundo busca, incluso inconscientemente, esta cercanía divina. Él es el mediador. Sin esta cercanía de amor, el fundamento de la realidad se tambalea; la Iglesia misma se extravía cuando pierde la ternura vivificadora del Buen Pastor", explicó el Pontífice.