REDACCION CENTRAL,
El Arzobispo de Nassau (Bahamas), Mons. Patrick C. Pinder, hizo una evaluación de la situación del país insular tras el paso del huracán Dorian, ocurrido a inicios de mes y que dejó más de 40 muertos y unos 70 mil afectados.
El 8 de septiembre el Prelado celebró una Misa para las familias que fueron evacuadas hacia Nassau, capital de Bahamas, luego que el huracán pasó por las islas de Grand Bahama y Abaco.
"Mucha gente de las islas Grand Bahama y Abaco fue evacuada a Nassau. De hecho todos nuestros maestros de primaria y secundaria están aquí y tuve la oportunidad de encontrarlos en dos grupos hoy", dijo el Arzobispo al diario Florida Catholic de la Arquidiócesis de Miami (Estados Unidos).
En la Catedral de Nassau, donde presidió la Misa el domingo, el Arzobispo habló "sobre las secuelas del huracán e invité a la gente a recibir una bendición para luego rezar un rato encomendando a Dios a los muchos que han perecido a causa de la tormenta".
"Lo que hay ahora es puro terror y confusión en quienes han visto sus hogares comprometidos en medio de la tormenta y que han debido reubicarse. Hay muchos desafíos y ahora deben ser llevados a lugares donde ya hay mucha gente", explicó Mons. Pinder.
Sobre la situación de las estructuras de la Iglesia en Bahamas, el Prelado indicó que dos escuelas y una parroquia fueron destruidas en la isla Abaco, mientras que en Grand Bahama el centro de retiros y un templo también sufrieron daños considerables.