REDACCION CENTRAL,
El Arzobispo de Colonia (Alemania), Cardenal Reiner Maria Woelki, recordó que las mujeres en la Iglesia Católica no pueden ser ordenadas sacerdotes, algo que San Juan Pablo II definió en 1994 y que el Papa Francisco ha reiterado en varias ocasiones.
"Se nos ha confiado algo que tenemos que preservar. Esto se aplica de manera especial a los sacramentos, en particular a la Sagrada Eucaristía. Además, el sacerdocio no ha sido inventado por los seres humanos sino que depende del mandato del Señor", dijo el Cardenal el domingo 8 de septiembre al presidir una Misa en Colonia por la fiesta de la Natividad de la Virgen María.
"Si tomamos esto en serio, queda claro que es por esto que la cuestión del sacerdocio de las mujeres no es un asunto que esté en nuestro poder. En 1994 el Papa Juan Pablo II ya definió el tema de manera vinculante para toda la Iglesia y el Papa Francisco respeta esta decisión de su predecesor, algo que ha recordado en repetidas ocasiones", resaltó el Cardenal.
En 1994 San Juan Pablo II escribió la carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis, que señala que "la ordenación sacerdotal, mediante la cual se transmite la función confiada por Cristo a sus Apóstoles, de enseñar, santificar y regir a los fieles, desde el principio ha sido reservada siempre en la Iglesia Católica exclusivamente a los hombres".
En el documento el Pontífice escribió también que "con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos, declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia".
Cuando se le ha preguntado sobre el tema al Papa Francisco, ha respondido recordando lo establecido por San Juan Pablo II. En 2016, en el vuelo de regreso de Suecia, el Papa dijo que "sobre la ordenación de mujeres en la Iglesia Católica, la última palabra es clara y la dio San Juan Pablo II y esto permanece".