ANTANANARIBO,
El Papa Francisco fue recibido este domingo con gran entusiasmo por 8.000 niños de Madagascar quienes entonaban y bailaban la canción en español: "Dios está aquí". Se trató de la visita del Santo Padre a la "ciudad de la amistad" de Akamasoa, localizada en la periferia de Antananaribo, en el marco de su visita apostólica en África.
La "ciudad de la amistad" de Akamasoa (que en español significa "buenos amigos") fue fundada en 1989 por el sacerdote argentino Pedro Opeka, misionero de la Congregación de la Misión, quien llegó a Madagascar en 1970.
El proyecto comenzó en esta zona periférica de Antananarivo, en donde P. Opeka comenzó a ser misión y un proyecto social proponiendo trabajo y dando un pequeño salario, para darles "la posibilidad de vivir una vida más digna".
El Pontífice llegó en papamóvil a la "ciudad de la amistad" y fue recibido por el sacerdote Opeka, a quien el Santo Padre dio un fuerte abrazo, mientras que la gente al exterior del auditorio los saludaba con ovaciones.
Después, el Papa entró al auditorio de Manantenasoa, junto al P. Pedro Opeka, y pudo saludar a los niños que encontraba en su camino.
En su saludo inicial, el misionero argentino dijo que Akamasoa "era un lugar de exclusión, de sufrimiento, de violencia y de muerte" y añadió que después de 30 años, "la Divina Providencia creó 'un oasis' de esperanza en el cual los niños han recuperado su dignidad, los jóvenes volvieron a la escuela, los padres comenzaron a trabajar para preparar un futuro a sus hijos".