ANTANANARIBO,
Al finalizar el encuentro con los Obispos de Madagascar en la Catedral de Andohalo, este sábado 7 de septiembre, cuarto día de su viaje apostólico por África, el Papa Francisco rezó brevemente ante la tumba de la beata Victoire Rasoamanarivo, en una capilla anexa a la catedral.
La beata Victoire Rasoamanarivo, beatificada por San Juan Pablo II el 29 de abril de 1989, nació en Antananarivo en 1848. Educada en una religión tradicional de la isla se bautizó después de asistir a la escuela de una misión de jesuitas francesas.
Se casó con el hijo de un oficial del ejército y defendió su matrimonio, convencida de la indisolubilidad y santidad del matrimonio, a pesar de la violencia de su marido.
Durante la persecución desatada en Madagascar contra los cristianos a partir de 1883, que supuso la expulsión de todos los misioneros y la acusación de traición contra todos los fieles cristianos, Victoria Rasoamanarivo decidió seguir viviendo su cristianismo de forma abierta, sin miedo a las posibles consecuencias.
A partir de 1886, los misioneros pudieron regresar a Madagascar y continuar su obra evangelizadora. Se caracterizó por una profunda vida de oración y por sus numerosas obras de caridad. Falleció el 21 de agosto de 1894, cuando tenía 46 años.
Ante la tumba, en la capilla, el Papa estuvo unos minutos en silenciosa oración. Antes, al finalizar el discurso a los Obispos de Madagascar, dijo de la beata Victoria Rasoamanarivo, "que supo hacer el bien, custodiar y extender la fe en tiempos difíciles".