Antananarivo,
Democracia, lucha contra la corrupción, defensa del medioambiente y desarrollo económico. Esos fueron los cuatro principales temas que el Papa Francisco expuso ante las autoridades, representantes de la sociedad civil y cuerpo diplomático en Madagascar.
En su discurso, pronunciado en el Palacio Iavoloha, sede de la Presidencia de Madagascar en la capital, Antananarivo, después de visitar al Presidente de la República, Andry Rajoelina, el Santo Padre hizo una firme defensa de la democracia y destacó los esfuerzos del país por implementarla.
Madagascar es uno de los países más pobres del mundo. Casi 3 de cada 4 habitantes vive bajo el umbral de la pobreza.
Se trata de un país que, desde su independencia en 1960, padece una inestabilidad política crónica con sucesivos golpes militares y distintos tipos de violencia. La alta pobreza, la corrupción y el desinterés político, cuando no la complicidad de las autoridades, ha provocado también un grave deterioro ecológico. Una de las principales consecuencias de ese deterioro, o al menos la más visible, es la rápida deforestación del país.
La situación política actual de Madagascar deriva de la crisis del año 2009, cuando se produjeron protestas multitudinarias en el país contra la corrupción y la falta de libertad. La represión de las protestas ocasionó numerosos muertos.
Para tratar de hacer frente a la situación, se estableció un gobierno de transición presidido por Andry Rajoelina, que fue rechazado por la comunidad internacional.