El 1 de septiembre las Iglesias en Chile y Argentina festejaron el Día Nacional del Migrante para agradecer el aporte cultural de las persona que llegan del exterior y rezar para que se concreten los cuatro verbos propuestos por el Papa Francisco para esta realidad: acoger, promover, proteger e integrar.
En las Misas grupos de inmigrantes vistieron sus trajes típicos y presentaron, entre otras cosas, las imágenes de los santos y advocaciones marianas de sus países de origen, además de sus banderas.
En los templos de Chile se realizó una colecta nacional para apoyar las labores de acogida, promoción y asesoría hacia los inmigrantes, que realiza el Instituto Católico Chileno de Migración (Incami).
Uno de esos lugares fue la Parroquia Latinoamericana en Santiago de Chile, donde el Obispo Auxiliar de Santiago, Mons. Alberto Lorenzelli, celebró la Misa para los migrantes que abarrotaron el templo.
En su homilía, Mons. Lorenzelli exhortó a tener "un corazón capaz de acoger, integrar y reconocer" a Cristo en el hermano.