Tras las denuncias por abusos sexuales presentadas contra el P. Tomás Pons y Caulús, la Diócesis de Gerona (España) ha comunicado que se le prohíbe el ejercicio público del ministerio, cualquier tipo de contacto con menores y le obligan a retirarse a "una vida de penitencia y oración".
El Obispado de Gerona publicó un comunicado en el que explica las medidas que la Congregación para la Doctrina de la Fe ha impuesto al P. Tomás Tomás Pons y Caulús tras las denuncias por abusos sexuales.
El P. Tomás Pons, que ahora tiene 91 años, llevó a cabo los abusos sexuales cuando era párroco en la localidad de Vilobí d'Ònyar, donde estuvo 33 años, y capellán de la escuela Bell-lloc de Gerona, en donde trabajó por 29 años.
Tras la denuncias recibidas en el Obispado sobre abusos cometidos por el P. Tomás Pons y Caulús, la diócesis presentó a la Congregación para la Doctrina de la Fe las actas de la investigación previa el 29 de marzo de 2019. También enviaron una copia a la Fiscalía de Gerona "que respondió archivando las diligencias por prescripción".
Desde entonces, "el Obispado de Gerona se ha interesado personalmente y por escrito, ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, sobre el estado de la investigación. Asimismo, ha mantenido contacto con los denunciantes".
Finalmente el 7 de agosto de 2019 la Congregación para la Doctrina de la Fe, "después de estudiar detenidamente las actuaciones efectuadas", resolvió imponer al P. Tomás Pons y Caulús las medidas canónicas que le prohíben de manera total "el ejercicio público del ministerio, la administración del sacramento de la penitencia, mantener cualquier contacto con menores y visitar las poblaciones donde ha ejercido su ministerio".
Estas medidas canónicas también incluyen la obligación de vivir en donde el Obispo le indique y llevar "una vida de penitencia y oración", así como la petición de "perdón a las víctimas".