CIUDAD DE MÉXICO,
Al concluir una nueva edición del encuentro semestral, los obispos de la frontera de Texas, en Estados Unidos, y México, aseguraron que "nos llena de luto el que muchos, en busca de un futuro mejor, han perdido la vida".
Los obispos también expresaron su angustia, dolor y tristeza por la incertidumbre y rechazo que enfrentan quienes solicitan asilo, así como el creciente racismo y discriminación.
Además, señalaron, "nos hiere el drama que padecen los deportados que ven truncados sus sueños, esfuerzos y sacrificios, y que retornan sin dinero y con deudas a condiciones peligrosas".
Los obispos de la frontera de Texas y México se reunieron del 30 de agosto al 1 de septiembre en la diócesis mexicana de Matamoros, que colinda con Brownsville, en Estados Unidos.
"Continuaremos abogando a favor de los derechos humanos de los pobres y de los migrantes, en particular de los niños, niñas, y adolescentes, insistiendo a los gobiernos de Estados Unidos, México, Canadá, Centro América y el Caribe, en la urgente necesidad de crear una área geográfica que tenga las condiciones para ofrecer a todos la posibilidad de un desarrollo integral, y una vida digna y en paz", manifestaron, para luego pedir la intercesión de la Virgen de Guadalupe y la ayuda de Dios para que todos "contribuyamos a construir un mundo en el podamos vivir como hermanos".