Cada 22 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Actos de Violencia basados en la Religión o las Creencias, instaurado por la Asamblea General de la ONU el 28 de mayo de 2019.
En su resolución A/RES/73/296, las Naciones Unidas manifiestan su preocupación "por los actos de intolerancia y violencia motivados por la religión o las creencias que siguen cometiéndose contra las personas, incluidas las pertenecientes a comunidades y minorías religiosas de todo el mundo".
En ese sentido, recuerda a los Estados que "tienen la responsabilidad primordial de promover y proteger los derechos humanos, incluidos los de las personas pertenecientes a minorías religiosas, como el derecho a profesar libremente su religión o sus creencias".
Ewelina Ochab, abogada y escritora, especialista en la situación de las minorías religiosas en Oriente Medio fue una de las principales impulsoras de la iniciativa aprobada en la ONU. En agosto de 2019 aseguró que, aunque “fue un proceso largo con muchos participantes”, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN por sus siglas en inglés) fue una de sus “inspiraciones”.
Ochab dijo que tener una fecha para recordar a las víctimas y supervivientes de la persecución religiosa no es “una meta en sí misma”, sino que es importante “para no olvidar nuestros compromisos” y “el inicio de una larga campaña para prevenir que no haya más víctimas en el futuro”.
Por su parte, Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo internacional de ACN, explicó que 2019 que la conmemoración de este día internacional es algo que “esperábamos desde hacía mucho tiempo” y supone “un paso importante para que en el futuro se escuche más la voz de los cristianos perseguidos”.