No obstante, Tighe, Karen Daly y Kathy Miller, sus compañeras de equipo, querían más respuestas e insistieron en ir al monasterio y hablar con la madre superiora para saber cómo era la vida de una monja de claustro. Luego llegaron al acuerdo de que en 2019 las tres podrían abrazar a Pennefather cuando celebrara su jubileo de plata al igual que la familia.
El entrenador Perretta también logró acordar con las clarisas que brindaría algunos suministros cada verano a cambio de tener una propia visita anual con la Hermana Rose Marie. Además pueden llamar al monasterio para hacerle llegar sus pedidos de oraciones.
Otro de los amigos con quien Shelly compartió su alegría fue John Heisler, a quien también le apasionaban los deportes, cómics e historias sobre santos. "Estaba fascinado por San Francisco de Asís, que finalmente ayudó a Santa Clara a iniciar una orden llamada las Clarisas", cuenta ESPN.
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Las compañeras de Shelly solían decir que "ella haría una de dos cosas en su vida: casarse con este chico con el que pasó los veranos o convertirse en monja".
Si bien Heisler tuvo un interés por la joven, también había recibido el llamado de Dios. Así, cuando se encontraron nuevamente en Virginia, Shelly le dijo que se uniría a las clarisas. Esto fue de algún modo, liberador para su amigo, que podía seguir su llamado sin que algo lo detuviera. Lo ordenaron ocho años después.
En el caso de Shelly, cuando ingresó al monasterio "se fue con la ropa que llevaba puesta: un vestido largo azul y un par de zapatos que nunca volvería a usar", relata la cadena deportiva ESPN.
El reportaje relata que cuando se despidió de su madre, esta le dijo: "Estaré aquí cuando tenga 103 (años) si puedes aguantar". "Lo intentaré", le respondió su hija.
Durante todos los años que siguieron, la hermana Rose Marie ha vivido según las reglas del monasterio, donde las hermanas "duermen en colchones de paja, con hábito completo, y se despiertan todas las noches a las 12:30 a. m. para orar, sin descansar más de cuatro horas seguidas. Están descalzas las 23 horas del día, excepto la hora en que caminan por el patio con sandalias".
Asimismo, pueden recibir hasta dos visitas familiares por año, con las que conversan a través de una pantalla transparente, y una vez cada 25 años, puede abrazar a su familia. También puede escribir cartas a sus amigos si estos le escriben primero.