REDACCION CENTRAL,
Desde el campo de concentración en Auschwitz y a pocos días de cumplirse 80 años de la invasión de Alemania a Polonia, un arzobispo alemán alentó a los fieles a enfrentar la arrogancia de los poderosos políticos, recordando el martirio de San Maximiliano Kolbe a quien la Iglesia celebra este 14 de agosto.
En la Misa que se celebró en Auschwitz, el Arzobispo de Bamberg, Mons. Ludwig Schick dijo que "en el aniversario del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Maximiliano Kolbe nos recuerda que debemos profesar que Dios es Todopoderoso y es quien todos debemos dirigirnos para lograr la paz y la unidad en nuestro mundo hoy".
"Nadie puede ponerse por encima de Dios y ninguna nación puede ponerse por encima de otra", dijo el Prelado, y resaltó que la contribución más importante que pueden hacer los cristianos es "profesar al único y benevolente Dios, el Padre de toda la creación".
Mons. Schick recordó además que Dios le da la misma dignidad a todas las personas, pueblos y naciones; y todos tienen los mismos deberes de la caridad, algo a lo que San Maximiliano se comprometió.
Maximiliano, sacerdote polaco, resistió el terror de la ideología nazi y fue encarcelado en el campo de concentración de Auschwitz en 1941, donde dio su vida por otro prisionero. Fue ejecutado brutalmente luego de que intentaron matarlo de hambre.
El Arzobispo también recordó que el santo sacerdote mártir es patrono de Europa y que los católicos deben rechazar la guerra, el abuso de poder y la arrogancia de los políticos, de hombres poderosos que buscan tomar el lugar de Dios, relató Mons. Schick.