De esta visión brotó, mediante la ayuda y dirección del obispo Juan Antonio Reig Pla, el Directorio de Pastoral Familiar en España. A mí me tocó presentar este proyecto a la asamblea de los agentes pastorales de toda España. Mientras los anteriores borradores habían sido desechados, este se aceptó con entusiasmo. Recuerdo cómo todos preguntaban: ¿Por qué no se nos había dicho antes? Desde aquí recobraron los obispos la confianza en la pastoral familiar. Y es que contaban con personas que no les causaban problemas, y que tampoco aplicaban una pastoral rígida que impone normas. Al contrario, eran personas capaces de abrir caminos nuevos, pues acercaban a un amor verdadero capaz de vencer las debilidades humanas.
La verdad del amor es muy importante en esta pastoral, pues no todos los amores son iguales. Hay amores que destruyen y amores que edifican. Esto no significa que se idealice el matrimonio. Si un pastor olvida la verdad del matrimonio, se parece al médico de un hospital de campo que diga: no quiero saber qué es la salud, ni cómo es un cuerpo sano, porque esto me quitaría tiempo para ayudar a las personas. ¿No sería absurdo? Ningún médico obraría así. ¿Y los pastores?
ACI Prensa
¿Qué iniciativas concretas han surgido?
P. Pérez Soba
Han surgido muchas iniciativas pastorales, escuela de padres, formación afectivo-sexual, acompañamiento a novios, modos de educación integral y participativa, equipos itinerantes de pastoral familiar, estudios de políticas familiares que mostraban una creatividad enorme a partir de la luz que había recibido. Se ha conseguido la formación de modelos de Centros de Orientación Familiar evangelizadores de una atención integral y no solo centrados en los problemas.
Un momento precioso de experiencia pastoral fue la jornada mundial de la juventud de 2011, en Madrid, donde por vez primera llevamos a cabo con mucho éxito la formación en la teología del cuerpo a los jóvenes. Ellos descubrían así un lenguaje nuevo para expresar sus experiencias más prometedoras. De este modo la pastoral familiar aparecía en su conexión profunda con la pastoral juvenil y social.
La enseñanza de pastoral familiar desde el año 2006 con alumnos de más de 52 naciones ha sido para mí una experiencia inolvidable, por ver la profunda unidad de un plan de Dios en a diversidad fascinante de las diversas culturas.
De aquí han surgido iniciativas interesantes de estudio como la pastoral en los primeros años del matrimonio, la atención de las víctimas del aborto (las madres que abortan) y del divorcio (los hijos de los separados). Hemos visto también cómo las fragilidades humanas pueden ser, como en Caná, un momento de gracia: fidelidad de los esposos separados, adopción en el abandono, fecundidad en la infertilidad... Y, además, estudios sociales en las favelas de Salvador de Bahía, llevadas a cabo por el obispo mons. Giancarlo Petrini, la atención de la familia con padres que están el cárcel...
El Instituto ha extendido su obra a los más diversos países: China, Corea, la India en sus diversas culturas, el mundo árabe, Zambia, Angola y todo el amplio espectro de América Latina. Una riqueza enorme que promete frutos mejores. Es la comprobación de una fecundidad pastoral impresionante, cuyo alcance real es muy difícil de medir.
ACI Prensa
¿Cómo valora, desde la teología pastoral, los nuevos estatutos?
P. Pérez Soba
Es un plan de estudios que se nos ha impuesto desde fuera. A mí, que soy catedrático de pastoral, no digo que no hayan tenido en cuenta mi opinión, sino que ni siquiera me han consultado. Me enteré por la prensa de los nuevos estatutos. Me ha extrañado que en la nueva licencia en Ciencias del matrimonio y la familia la pastoral no aparezca en todo el itinerario académico. Eliminar la pastoral familiar es una carencia muy grave, contraria a lo que dice el Papa en el motu proprio Summa familiae cura. Se refunda el Instituto para ser más fieles a Amoris Laetitia, ¡y se reduce la pastoral familiar, que es clave en Amoris Laetitia! Espero que sea un error por la precipitación con que se han hecho las cosas. Es necesaria una pronta rectificación, si no se quiere que esta nueva licencia tenga esta extrema pobreza.
ACI Prensa
¿Cómo ha acogido el Instituto la enseñanza de Amoris Laetitia?
P. Pérez Soba
El instituto ha desarrollado las intuiciones del Papa desde las claves de acompañamiento, integración y discernimiento. Frente a muchos que han visto una ruptura, hemos leído el magisterio en la necesaria continuidad eclesial. Sin esta continuidad es imposible hacer ninguna reforma. Fíjese: somos la única institución académica que ha hecho y enseñado un comentario a las Catequesis del Papa Francisco sobre la familia. ¿No será que a mucha gente le interesan solo los cambios sociológicos, pero le interesa poco dar vida a las familias?
ACI Prensa
En su carta dirigida al Gran Canciller y al Presidente del Instituto, los estudiantes aprecian la visión pastoral del Instituto. ¿Cómo se ha vivido este interés por una pastoral adecuada entre los estudiantes del Instituto?
P. Pérez Soba
Los estudiantes han percibido siempre que el Instituto, precisamente al ofrecer enseñanza, ofrecía también una visión pastoral. Estos últimos años, como profesor de pastoral en el Juan Pablo II, he experimentado esto. Los estudiantes me pidieron organizar, en sus ratos libres, un Grupo de Acción Pastoral donde compartíamos los enfoques de los distintos países. Incluso acudían alumnos del Instituto Pastoral de la Universidad Lateranense a nuestras clases de pastoral, precisamente por la visión original del Instituto.
Este proyecto se puede ver en el libro preparado por Mons. Livio Melina: "Conversión pastoral, ¡sí! Pero, ¿cuál?" Allí, se profundizaba en la expresión "conversión pastoral" del Papa Francisco en Evangelii gaudium. Este libro ayudó durante el Sínodo 2015, que partía de un Instrumentum Laboris muy pobre desde el punto de vista pastoral. Faltaba sobre todo lo que tocaba a la preparación al matrimonio. Estaba redactado sin duda por alguien que nunca había trabajado en este ámbito. Precisamente en el Instituto se ha dado una riqueza grande de reflexión sobre la familia. Todo esto es la manifestación sencilla y asombrada de la fecundidad de una enseñanza que ha sido fermento de auténtica conversión pastoral dentro de la Iglesia. Y de esto son testigos miles de matrimonios y cientos de pastores.
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