VATICANO,
Para el Papa Juan Pablo II, la clave para ayudar a una persona con depresión es el amor y la oración. Así lo señaló esta mañana al dar a los participantes de una cita internacional sobre la depresión, valiosos consejos sobre cómo ayudar a los familiares o amigos que padecen esta enfermedad. El Santo Padre recibió en el Aula Pablo VI a los participantes en la XVIII Conferencia Internacional sobre "La Depresión", promovida por el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud.
En su mensaje, el Pontífice indicó que las personas que cuidan de los enfermos deprimidos "deben ayudar a recuperar la propia estima, la confianza en sus capacidades, el interés por el futuro, las ganas de vivir. Por eso, es importante tender la mano a los enfermos, hacerles percibir la ternura de Dios, integrarlos en una comunidad de fe y de vida en la que se sientan acogidos, comprendidos, sostenidos, dignos, en una palabra, de amar y de ser amados".
En el camino espiritual, agregó, son de gran ayuda, la lectura y la meditación de los salmos, el rezo del rosario, la participación en la Eucaristía, "fuente de paz interior".
El Papa advirtió que "la difusión de los estados depresivos es preocupante. Se manifiestan fragilidades humanas, psicológicas y espirituales, que al menos en parte son inducidas por la sociedad".
"Es importante ser conscientes de las repercusiones que tienen los mensajes transmitidos por los medios de comunicación sobre las personas, al exaltar el consumismo, la satisfacción inmediata de los deseos, la carrera a un bienestar material cada vez mayor", indicó.
En este sentido, señaló que "es necesario proponer nuevas vías, para que cada uno pueda construir la propia personalidad, cultivando la vida espiritual, fundamento de una existencia madura".