El 10 de agosto, Día de San Lorenzo mártir, cientos de diáconos renovaron su compromiso de servicio a la Iglesia en Chile.
Hasta la Catedral de Santiago llegaron unos 300 diáconos y sus familias para celebrar la Misa junto al Administrador Apostólico, Mons. Celestino Aós.
En la prédica, el diácono José María Álvarez dijo que San Lorenzo fue una "pequeña gota de agua en medio del poder abrumador de su época".
"Esa gota de agua cambió el mundo para siempre. Esa gota de agua continúa iluminando, dándonos fuerzas y permitiendo que nuestro aparentemente insignificante aporte diario, no sólo no se pierda, sino que sumado al de muchos otros hermanos, permita más temprano que tarde, recuperar el rumbo perdido", agregó.
En el sur de Chile, una treintena de diáconos acompañados por sus esposas y familiares, renovaron sus promesas en la Catedral de Temuco.
El Obispo del lugar, Mons. Héctor Vargas, manifestó que "cada vez con más fuerza la Iglesia descubre la inestimable riqueza del diaconado permanente. Les da las gracias y a su vez reconoce su entrega y su trabajo ministerial. Al mismo tiempo, quiere darles mucha fortaleza para que caminen por la vía de la santidad personal, para que vivan una intensa vida de oración y de espiritualidad diaconal".