MADRID,
Brigilda nació en Durazzo (Albania), aunque cuando tenía apenas dos años sus padres y ella emigraron a Italia huyendo de la dictadura comunista.
Su familia era musulmana de tradición, aunque no practicaban mucho la religión su abuela le enseñó a rezar a Alá y oraciones en árabe.
Sin embargo Brigilda miraba a los niños católicos con admiración y envidia ya que los veía comulgar. Por eso, cuando tenía nueve años dijo a sus padres que quería hacer la Primera Comunión. "Ellos me respondieron que me dejarían libre, pero que decidiría cuando creciera", explica en una entrevista concedida a la web del Opus Dei.
Años más tarde, la madre de Brigilda sufrió un grave accidente que hizo que estuviera al borde de la muerte. Ante esta situación límite, Brigilda tan sólo rezaba. "No conocía a Dios, pero le pedía con fuerza que salvara a mi madre", explica.
Finalmente su madre se salvó, algo que los médicos consideraron "un verdadero milagro", y fue el momento en el que Brigilda comenzó su personal camino hacia Dios.