En agosto de 2024, recordamos a varios santos cuyas vidas reflejan características similares de fe y devoción. Aquí exploramos sus historias y legados.
Santos de la penitencia: Alfonso María de Ligorio y Juan María Vianney
El 1 y 4 de agosto celebramos, respectivamente, a San Alfonso María de Ligorio y a San Juan María Vianney, conocido como el Santo Cura de Ars. Ambos son ejemplos de celo sacerdotal y dedicación al sacramento de la Confesión.
San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia y fundador de los redentoristas, comenzó su carrera como abogado, obteniendo su doctorado en Derecho a los 16 años. Tras un fracaso legal significativo, dejó el derecho y se convirtió en sacerdote. En 1745 escribió sus primeras obras devocionales y en 1748 publicó su guía de Teología Moral. Considerado uno de los más grandes teólogos morales de la historia, fue declarado patrono de los confesores y teólogos morales por el Papa Pío XII en 1950.
San Juan María Vianney, el Cura de Ars, es reconocido como uno de los confesores más importantes y patrono de los párrocos. A pesar de las dificultades para ingresar al seminario y su incapacidad para aprender latín, fue ordenado sacerdote por su bondad. En la aldea de Ars (Francia), su reputación como confesor atrajo a numerosos penitentes, llegando a pasar hasta 18 horas al día en el confesionario. Al igual que Alfonso, enfrentó envidias y críticas, pero su devoción y santidad prevalecieron.