La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) expresó su dolor, indignación y oraciones tras los tiroteos ocurridos entre el 3 y 4 de agosto en El Paso, Texas, y Dayton, Ohio, que cobraron la vida de 29 víctimas inocentes y dejaron decenas de heridos.
En dos comunicados, firmados por el Presidente de la USCCB, Cardenal Daniel DiNardo, y el Presidente del Comité de la USCCB sobre Justicia Doméstica y Desarrollo Humano, Mons. Frank Dewane, los obispos estadounidenses expresaron sus condolencias a las familias y amigos de los asesinados.
"No podemos nunca más creer que los tiroteos masivos son una excepción aislada. Son una epidemia contra la vida que debemos, en justicia, enfrentar", señalaron.
"Algo sigue siendo fundamentalmente malvado en nuestra sociedad cuando los lugares donde la gente se reúne para tener sus actividades diarias puede, sin aviso, convertirse en escenas de violencia y desprecio de la vida humana".
Para la USCCB "la plaga en la que se ha convertido la violencia armada continúa sin control y se extiende a lo largo de nuestro país".
En la mañana del 3 de agosto, un hombre armado ingresó y abrió fuego en una tienda de Walmart, en el centro comercial Cielo Vista de El Paso, estado de Texas. El sujeto, arrestado por las autoridades, causó la muerte de 20 personas, entre ellos tres ciudadanos mexicanos.