El director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, señaló que en la Misa que celebrada en la Iglesia del Gesú de Roma el 3 de enero, en la que participaron miembros de la Compañía de Jesús (jesuitas), entre ellos su Prepósito General, Padre Adolfo Nicolás, el Papa Francisco les manifestó “su profunda fraternidad espiritual".“La Misa se celebró en un ambiente muy sereno, tranquilo y alegre. Hay que pensar que es la fiesta del Nombre de Jesús, es decir la fiesta ‘titular’ de la Compañía, dedicada precisamente al Nombre de Jesús, y fue muy lindo poderla vivir junto con el Santo Padre, en particular en esta ocasión, pocos días después de la canonización de San Pedro Fabro, que es el primer compañero de San Ignacio”.El P. Lombardo indicó que esto “nos ayudó a revivir la inspiración original de la Compañía de Jesús, su dedicación al apostolado, un apostolado profundamente motivado por el amor personal de Cristo”.“El espíritu de San Pedro Fabro es de cultivar el verdadero gran anhelo de dar a conocer no sólo el Nombre de Jesús, sino el amor de Dios hacia todos, aun en situaciones difíciles, como aquella en la que él obraba, en el tiempo de la división entre los cristianos”.“Por lo tanto, con un sentido de reconciliación, de dulzura: un rasgo muy característico de la personalidad de este santo, que no hizo cosas grandes desde un punto de vista exterior, pero sí grandes cosas desde un punto de vista espiritual, en los corazones, para dar a conocer el amor de Dios y reconciliar a las personas divididas precisamente por este amor”.El portavoz vaticano indicó que el dinamismo característico de la espiritualidad de la Compañía de Jesús es “buscar y encontrar al Señor y su voluntad, no para detenerse, sino para seguir buscándola aún más”.“Una vez que se ha encontrado al Señor, el Señor te sorprende y te llama incluso más allá, de donde hayas llegado. Así es, este Dios rico de sorpresas, de las que el Papa habla a menudo, es verdaderamente un conocimiento de Dios, que es muy característico de una espiritualidad dinámica, de camino, como la de la Compañía de Jesús y también de Pedro Fabro, que era, de hecho, un peregrino del servicio del Señor, en la Europa de su tiempo”.“Ya sabemos que es característico del Papa tener esta atención y paciencia, incluso de saludar a todos, uno por uno. Había tantos hermanos, sus hermanos, reunidos en esta hermosa ocasión: quiso saludarlos a todos y manifestar su profunda fraternidad espiritual”, concluyó.