PARIS,
Casi cuatro meses después de que un incendio destruyera el techo de la Catedral Notre-Dame de París (Francia), un arquitecto advirtió que aún existe riesgo de que el edificio se derrumbe como consecuencia de la ola de calor que azota al país.
Francia, y la mayor parte de Europa, se encuentra en medio de una ola de calor sin precedentes. El jueves 25 de julio las temperaturas alcanzaron los 42.6 centígrados en París, la más alta registrada en toda su historia.
A Philippe Villeneueve, el principal arquitecto de la catedral, le preocupa que la ola de calor parisina, combinada con el daño producido por el agua que se usó para extinguir los incendios, pueda causar un desastre en las bóvedas de la catedral.
"Estoy muy preocupado por la ola de calor porque, como saben, la Catedral sufrió por el fuego, los rayos de luz cayeron, pero también el impacto del agua de los bomberos. La mampostería está saturada de agua", dijo a Reuters el 24 de julio.
El 15 de abril, un incendio comenzó en el techo de la catedral y destruyó casi todo el edificio antes de que el fuego sea extinguido. Si bien no se ha detectado ningún movimiento en la estructura de la catedral desde el incendio, Villenueve está muy preocupado por la integridad de la piedra.
"Lo que temo es que las bisagras o la mampostería, cuando se secan, pierden su cohesión y sus cualidades estructurales y, de repente, la bóveda cede. Como explico, las bóvedas podrían colapsar, porque desde el 15 de abril no hemos podido acceder a las bóvedas, ni desde arriba ni desde abajo", explicó a Reuters.