VATICANO,
El Papa Francisco advirtió el peligro de la envidia porque causa "amargura en el interior" y "es vinagre en el corazón", antes del rezo del Ángelus este 29 de junio, en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, en el que destacó también la importancia de apreciar la diversidad de los demás, como fue el caso de estos apóstoles.
"Es bueno apreciar las cualidades de los demás, reconocer los dones de los demás sin malicia y sin envidia. ¡La envidia! La envidia causa amargura en el interior, es vinagre en el corazón. Los envidiosos tienen una mirada amarga", advirtió el Papa.
En esta línea, el Pontífice reconoció que "muchas veces, cuando uno encuentra a una persona envidiosa quiere preguntar: 'Pero ¿Con qué desayunó hoy, con café con leche o con vinagre?' Porque la envidia es amarga. Hace la vida amarga", reiteró.
Por ello, el Papa Francisco hizo un llamado a la unidad dentro de la Iglesia y entre los cristianos: "Qué bueno es saber que nos pertenecemos unos a otros, porque compartimos la misma fe, el mismo amor, la misma esperanza, el mismo Señor. Nos pertenecemos unos a otros y esto es espléndido, decir: ¡nuestra Iglesia!", exclamó Francisco.
Además, el Santo Padre señaló que frecuentemente los apóstoles Pedro y Pablo son representados en los iconos como "sosteniendo a la Iglesia" y añadió que esto nos recuerda las palabras del Evangelio de San Mateo "en las que Jesús le dice a Pedro: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia".
"Es la primera vez que Jesús pronuncia la palabra 'Iglesia', pero más que en el sustantivo me gustaría invitarles a pensar en el adjetivo, que es un posesivo, 'mi': mi Iglesia. Jesús no habla de la Iglesia como una realidad externa, sino que expresa el gran amor que tiene por ella: mi Iglesia. Él está unido a la Iglesia, a nosotros", explicó.