La muerte de un migrante salvadoreño y su hija de apenas 21 meses al intentar cruzar el Río Bravo "clama al cielo", expresaron los Obispos de Estados Unidos.
Óscar y su hija Valeria fallecieron este domingo 23 de junio al intentar cruzar desde la zona de Matamoros (México), a Brownsville (Estados Unidos). Ambos fueron arrastrados por la corriente del Río Bravo y sus cuerpos fueron encontrados en la orilla, pocos kilómetros más allá.
Ambos habían salido de El Salvador en abril junto a la madre de la niña, Tania, con la esperanza de un futuro mejor en Estados Unidos.
En un comunicado conjunto, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Cardenal Daniel DiNardo, y el presidente del Comité de Migración de la USCCB, Mons. Joe Vásquez, se unieron al Papa Francisco en su "inmensa tristeza" por las imágenes de padre e hijas ahogados al intentar llegar al país norteamericano.
"Esta imagen clama al cielo por justicia. Esta imagen silencia la política. ¿Quién puede ver esta imagen y no ver los resultados de los fracasos de todos nosotros para encontrar una solución humana y justa a la crisis de inmigración?", cuestionaron.
"Lamentablemente, esta imagen muestra la difícil situación diaria de nuestros hermanos y hermanas. No solo su grito llega al cielo. Nos alcanza. Y ahora debe llegar a nuestro gobierno federal".