La Diócesis San Marcos de Arica manifestó su preocupación por las condiciones humanitarias de cientos de personas, en su mayoría venezolanos, que permanecen en el paso fronterizo de Chile y Perú, llamado Chacalluta.
Desde el sábado 22 de junio, se exige ingresar a Chile con un pasaporte visado, más la acreditación de solvencia económica que financia la estadía, una carta de invitación o la reserva de un hotel.
En tanto para la residencia se exige, desde 2018, una visa de responsabilidad democrática, válida por un año y renovable por el mismo periodo, y certificado de antecedentes penales, entre otros documentos.
El Canciller chileno, Teodoro Rivera, manifestó a radio Bio Bio que no se trata de un acto de discriminación, sino que intentan evitar que ingresen personas con visa de turista y pasen meses en Chile sin poder obtener residencia definitiva.
Para resolver este conflicto los inmigrantes tendrían que tramitar los papeles en el consulado chileno de Tacna (Perú), a unos 40 kilómetros del lugar.