VATICANO,
El estreno internacional del equipo femenino de fútbol del Vaticano se vio frustrado ayer, sábado 22 de junio en Viena, Austria, por el ataque y la falta de respeto de sus rivales del equipo austríaco F.C. Mariahilf, contra quienes tendrían que haber disputado un partido amistoso.
El ataque contra las jugadoras vaticanas se produjo en el momento en que empezó a sonar el himno del Estado de la Ciudad del Vaticano: algunas jugadoras austríacas se descubrieron el torso dejando ver mensajes escritos en sus cuerpos a favor del aborto, del lobby LGTB y contra la Iglesia.
Al mismo tiempo, algunas personas que seguían el encuentro desde la grada sacaron carteles con el mismo tipo de mensajes.
El equipo del Vaticano, que no se esperaba este ataque en un partido que se había planteado como una fiesta del deporte con motivo del 20 aniversario del equipo austríaco, se vio sorprendido por la agresividad de sus rivales. Nada hacía presagiar algo así, ya que en todo momento la dirección del equipo austríaco se había mostrado con buenas formas ante sus rivales del Vaticano. Incluso estaba presente el nuncio apostólico Mons. Pedro López Quintana, como invitado de honor.
Ante esta situación, un partido que debía ser un evento en favor de los valores deportivos, de la concordia y del encuentro, se convirtió en un acto de manipulación política por parte de activistas pro LGTB y pro aborto.
Por ello, las jugadoras y la dirección deportiva del equipo del Vaticano tomaron una decisión dolorosa pero inevitable: retirarse del campo y no disputar el partido para evitar su instrumentalización.