VATICANO,
Este domingo 16 de junio, fiesta del padre en muchos países del mundo, el Papa Francisco visitó la diócesis italiana de Camerino afectada gravemente por un terremoto en 2016.
En primer lugar, el Santo Padre visitó las casas de varias familias que perdieron todos sus bienes materiales y que tuvieron que ser desplazados.
Sin embargo, Francisco fue recibido con mucha alegría, conmoción y con la gran hospitalidad característica del pueblo italiano.
La primera casa que visitó fue la única en la cual el Pontífice aceptó algo de comer tras la insistencia de la señora anfitriona. El Papa pidió una galleta, "la más pequeña", y la comió de pie junto al Obispo local, Mons. Francesco Massara, mientras bromeaban con los anfitriones.
Como es natural, las diferentes familias que recibieron al Santo Padre le confiaban sus historias, muchas relacionadas al sufrimiento del terremoto que causó la pérdida de sus casas.