¿Cómo se cierran las fronteras sin ningún tipo de justificación y se hacen de la vista gorda para el negocio de cobrar por las trochas y caminos verdes que conducen a la hermana Colombia? ¿Cómo es que hay protectores del pueblo que lo catalogan como gente común cualquiera que debe hacer las colas por la gasolina sin privilegios?
¿Dónde están las autoridades para defender a nuestra gente de la especulación y de la extorsión o vacuna? ¿Por qué quienes deben defender y proteger la naturaleza, la creación, la casa común no se encuentran en los lugares, como Valle Plateado en Uribante, donde están realizando serios y degradantes ataques por una supuesta explotación minera?
¿Por qué sí se consiguen esas autoridades en los puestos de control haciendo bajar a las personas de los buses para registrales sus equipajes y hasta quedarse con mucho de lo que puedan llevar?
¿Por qué quienes están en las esferas del poder ejecutivo de la nación no terminan de escuchar las interrogantes y las peticiones de nuestro pueblo? ¿Por qué, Señor, se siguen aferrando al poder y endurecen su cerviz ante el empobrecimiento del pueblo? ¿Por qué, quienes podrían ayudar a solucionar nuestra crisis, consideran a Venezuela como una ficha más de carácter geopolítico y no ven la dignidad de una sociedad golpeada, mancillada y expoliada?
Confiamos, Señor, que puedes escucharnos. Te pedimos también que toques el corazón de quienes tienen que tomar una decisión a favor del país. Ilumina a todos y haz que podamos juntos construir la paz y la convivencia fraterna. No queremos seguir siendo engañados.
Tú que eres la Verdad y la Vida, dale a nuestros dirigentes políticos el coraje de comprometerse por la vida y de decir siempre la verdad. Te decimos que, como pueblo, estamos cansados de tanto engaño y tanto menosprecio. No queremos perder la esperanza, pero tampoco queremos que se juegue con nosotros.
¡SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN VOS CONFÍO!
Danos a todos la gracia de ser fieles a tu Evangelio. Tú estás con nosotros y eres el modelo verdadero a seguir. Al contemplarte en el ícono de tu Sagrado Corazón, podemos reconocerte como el Dios humanado, cercano, liberador, que nos da testimonio de sufrimiento y resurrección. Por eso, parafraseando a los cantores de tu pueblo podemos decirte:
"Tú eres el Dios de los pobres, el Dios humano y sencillo, el Dios que suda en la calle, el Dios de rostro curtido, por eso es que te hablo yo así como te habla mi pueblo… Tú vas de la mano con mi gente, en las calles y caminos, en las ciudades y en la frontera, en los hospitales y escuelas... Yo te he visto en las colas para tanquear gasolina o para cobrar la pensión con los ancianos… Tú comes pastelitos sabrosos con agua miel… Tú haces las colas para comprar alimentos… Tú pasas por la frontera en cada migrante que sale del país… Tú eres el Dios cercano con un Corazón lleno de misericordia".
Aquí estamos ante ti. Nos consuela que nos escuches y conozcas nuestras interrogantes. Ponemos en tus manos el trabajo permanente de quienes hacen de la solidaridad su estilo de vida; de tantos médicos que trabajan con las uñas; la ilusión de quienes buscan mejores soluciones sin querer explotar al pueblo.
Te presentamos el esfuerzo de nuestros sacerdotes, pastores de este pueblo sufriente; de nuestras religiosas y colaboradores en el anuncio del Evangelio. Tú conoces a nuestros laicos y su entusiasmo para edificar el reino de justicia y amor.
Tú sabes cómo nuestra Iglesia de San Cristóbal está comprometida por ser pueblo y actuar en tu nombre, en espíritu y verdad y para favorecer a todos sin excepciones. Tú sabes todo Señor; como te lo dijo Pedro, sabes que te amamos y confiamos en Ti.
Queremos que sepas que la gente, tu gente, puede seguir contando siempre con la Iglesia y sus pastores, pase lo que pase.
Luego de esta peregrinación, Señor, regresaremos a nuestros hogares y labores. Vamos confiados en Ti: contamos contigo. No tenemos miedo a las amenazas, a los insultos y descalificaciones, porque sabemos en quien sí hemos puesto nuestra confianza.
Nunca hemos perdido la confianza en Ti, que en el bonito ícono del Santo Cristo de la Grita te reconocemos como el único y verdadero protector del Táchira y de Venezuela: protector auténtico que no emplea violencia, ni cierra puentes ni destruye ilusiones… al contrario eres puente y fuente de verdad y amor. Confiamos sólo en Ti y en quienes actúan en tu nombre.
¡SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN VOS CONFÍO!
¡VIVA CRISTO REY!
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