Hay un tercer elemento. En esto me confieso ignorante: yo no comprendo la política italiana y de verdad debo estudiarla, entonces, decir una opinión sobre el comportamiento de una campaña electoral, de uno de los partidos, sin una información así, sería muy imprudente de mi parte. Yo rezo por todos, porque Italia vaya adelante, para que los italianos se unan y sean leales en el compromiso, también yo soy italiano porque soy hijo de un inmigrante italiano, de sangre soy italiano. Mis hermanos tienen todos la ciudadanía, yo no he querido tenerla porque en el tiempo que la han concedido yo era obispo y he dicho que el obispo debe ser de la patria.
Hay en la política de tantos países la enfermedad de la corrupción. Por todos lados. No digan mañana que el Papa ha dicho que la política italiana es corrupta. No. Yo he dicho que una de las enfermedades de la política, por todas partes, es caer en la corrupción. Por favor, no me hagan decir lo que no he dicho. Una vez me han dicho cómo son los pactos políticos. Figúrate una reunión de nueve empresarios, a la mesa; discuten para ponerse de acuerdo sobre el desarrollo de su empresa, al final después de horas, horas, café, café, café, se ponen de acuerdo, han tomado la palabra, hacen el asunto, agradecen, "de acuerdo, de acuerdo"; mientras lo hacen imprimir, toman un whisky para festejar, y después, comienzan a girar los papeles para firmar el acuerdo. En el momento que giran los papeles, bajo la mesa, le hago otro bajo la mesa. Esto es corrupción política. Que se hace un poco por todas partes. Debemos ayudar a los políticos a ser honestos, a no hacer campaña con banderas deshonestas, la calumnia, la difamación, los escándalos; y tantas veces sembrar odio y miedo.
Esto es terrible, un político nunca debe sembrar odio y miedo, solo esperanza. Justa, exigente, pero esperanza, porque debe conducir al país ahí, y no darle miedo.
Eva Fernández (COPE):
Santo Padre, ayer en el encuentro con los jóvenes y las familias ha insistido de nuevo en la importancia de la relación entre los abuelos y los jóvenes a fin que los jóvenes tengan raíces para ir hacia adelante y los abuelos puedan soñar. Usted no tiene una familia cercana, pero ha dicho que Benedicto XVI es como tener un abuelo en casa. ¿Aún lo ve así?
Papa Francisco:
Y más. Cada vez que voy donde él a visitarlo lo siento así, le tomo la mano y le hago hablar. Habla poco, habla despacio, pero con la misma profundidad de siempre, porque el problema de Benedicto son las rodillas, no la cabeza. Tiene una gran lucidez. Y sintiéndolo hablar me vuelvo fuerte, siento el zumo de las raíces que me vienen y me ayudar a seguir adelante. Siento esta tradición de la Iglesia que no es una cosa de museo la tradición. La tradición es la raíz que te dan el zumo para crecer, y tú no serás como la raíz, no; tú florecerás, el árbol crecerá y dará los frutos, y las semillas serán las raíces para los demás. La tradición de la Iglesia está siempre en movimiento.
En una entrevista que ha hecho Andrea Monda en L'Osservatore Romano – ustedes leen L'Osservatore, ¿no? – hace unos días, había una situación que me ha gustado tanto, del músico Gustav Mahler, y hablando de la tradición él decía: la tradición es la garantía del futuro y no la custodia de las cenizas. No es un museo. La tradición no custodia las cenizas. La nostalgia de los integristas: regresar a las cenizas. No, las tradiciones son raíces que garantizan que el árbol crezca, florezca y dé fruto; y repito esa pieza del poeta argentino (Francisco Luis Bernárdez, Ndr) que me gusta tanto: todo lo que el árbol tiene de florido, vive de lo sepultado.
Estoy contento porque en Iasi hice referencia a esa abuela que ha tenido un gesto de complicidad y que con los ojos, en aquel momento he estado tan emocionado que no he reaccionado, y después el papamóvil ha seguido adelante y habría podido decir a esta abuela que venga para hacer ver este gesto, y he dicho al Señor Jesús: es una pena, pero Tú eres capaz de resolver, y nuestro bravo Francisco cuando ha visto la comunicación que he tenido con aquella mujer con los ojos, ha tomado la fotografía y hecho pública. La he visto esta tarde en Vatican Insider. Estas son las raíces. Y esto crecerá, no será como yo, pero yo doy lo mío. Es importante este encuentro.
Después están los verbos, cuando los abuelos sienten de tener nietos que llevarán adelante la historia, comienzan a soñar; y los abuelos cuando no sueñan se deprimen. Existe el futuro y los jóvenes animados comienzan a profetizar.
Lucas Wiegelmann (Herder Correspondenz):
Santo Padre en estos días ha hablado tanto de la fraternidad y de la gente y del caminar juntos, como hemos ya escuchado, pero vemos que en Europa crece el número de los que no desean la fraternidad, sino el egoísmo y el aislamiento, y prefieren caminar solos. ¿Por qué es así?, y ¿qué debe hacer Europa para cambiarlo?
Papa Francisco:
Discúlpame si me cito, pero lo hago sin vanidad, por utilidad. Hablé de este problema en los dos discursos en Estrasburgo: en el discurso que he dado cuando recibí el Premio Carlo Magno y después en el discurso que di a todos los jefes de Estado y de gobierno en la Capilla Sixtina en el aniversario de los pactos, en la fundación de la Unión Europea.
En estos discursos he dicho todo lo que pienso, y también hay un quinto discurso que no lo he dado yo, sino el alcalde Bugermeister de Aachen. Este es una joya, una joya suya de los alemanes.
Europa debe coloquiar, no debe decir "pero somos unidos, ahora dile a Bruselas arréglense ustedes.
Todos somos responsables de la Unión Europea y esta circulación de la presidencia no es un gesteo de cortesía como bailar el minueto: te toca a ti, te toca a ti. No, es un símbolo de la responsabilidad que cada uno de los países tiene sobre Europa. Si Europa no mira bien los retos futuros, Europa se desvanecerá, será desvanecida. Me permití decir en Estrasburgo que siento que Europa está dejando de ser la madre Europa; se está convirtiendo la "abuela Europa". Se ha envejecido, ha perdido la ilusión de trabajar juntos. Quizás a escondidas alguno se puede hacer la pregunta: ¿no será este el fin de una aventura de 60 años?
Retomar la mística de los padres fundadores. Retomar esto. Europa tiene necesidad de sí misma, de ser ella misma, de la identidad propia, de la propia unidad; y superar con esto, con tantas cosas que la buena política ofrece, las divisiones y las fronteras. Estamos viendo las fronteras en Europa. Esto no hace bien, al menos las fronteras culturas, no hacen bien. Es verdad que el país tiene su propia cultura y debe cuidarla, pero con la mística del poliedro. Hay una globalización donde se respeta la cultura de todos, pero todos unidos.
Por favor, que Europa no se deje vencer por el pesimismo o las ideologías, porque Europa es atacada no con cañones o bombas en este momento, sí con ideologías, ideologías que no son europeas, que vienen de afuera, o crecen en los grupitos de Europa, que no son grandes. Piensen en la Europa dividida y beligerante del 14 y del 32, 33, hasta el 39, que ha estallado la guerra. No regresemos a esto por favor. Aprendamos de la historia, no caigamos en el mismo hueco. La otra vez les he dicho que se dice que el único animal que cae dos veces en el mismo hueco es el hombre. El asno nunca lo hace. Pero lee el discurso de Bugermeister, una joya.
Gisotti:
Gracias Santo Padre, gracias por esta disponibilidad al término de tres días así ocupados, también para estos cinco viajes, uno después del otro en esta primera parte del año, ricos de momentos.
Papa Francisco:
Ahora dos cosas, por motivos del clima debí ir ayer en auto dos horas y cuarenta. Fue una gracia de Dios, he visto un paisaje bellísimo como nunca había visto. He cruzado toda Transilvania.
Hoy para ir a Blaj, lo mismo. Una cosa bella. El paisaje de este país, agradezco también la lluvia que me ha hecho viajar así y no en helicóptero. Tener más contacto con la realidad.
La segunda cosa: sé que algunos de ustedes son creyentes, otros no tanto, pero diré a los creyentes: recen por Europa, recen por Europa, el Señor nos dé la gracia. A los no creyentes deseen la buena voluntad, el deseo de corazón para que Europa regrese a ser el sueño de los padres fundadores.
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