BUCAREST,
El Papa Francisco dejó la Nunciatura Apostólica en Bucarest en la mañana de este domingo 2 de junio, último de su viaje apostólico a Rumanía, y se trasladó a la localidad de Blaj para presidir en el Campo de la Libertad la Divina Liturgia con la Beatificación de los 7 Obispos greco-católicos muertos mártires durante el período comunista.
Los 7 nuevos beatos, beatificados ante 70 mil fieles, son Mons. Iuliu Hossu, Mons. Vasile Aftenie, Mons. Ioan Bălan, Mons. Valeriu Traian Frenţiu, Mons. Ioan Suciu, Mons. Tit Liviu Chinezu y Mons. Alexandru Rusu.
A continuación, el texto completo de la homilía del Papa Francisco:
«Maestro ¿quién ha pecado, él o sus padres, para que haya nacido ciego?» (Jn 9,2). Esta pregunta de los discípulos a Jesús desencadena una serie de movimientos y acciones que acompañará todo el relato evangélico desvelando y dejando en evidencia lo que realmente enceguece el corazón humano.
Jesús, al igual que sus discípulos, ve al ciego de nacimiento, es capaz de reconocerlo y ponerlo al centro. Después de aclarar que su ceguera no era fruto del pecado mezcla el polvo de la tierra con su saliva y lo pone en sus ojos; luego le ordena lavarse en la piscina de Siloé. Cuando se lavó, el ciego recobró la vista. Es interesante notar cómo el milagro se narra en apenas dos versículos, en los demás se pone la atención no en el ciego recuperado, sino en las discusiones que desencadena.
Parece que su vida y especialmente su curación se vuelve banal, anecdótica o elemento de discusión, así como de irritación y enojo. El ciego sanado es interrogado en un primer momento por la multitud estupefacta, después por los fariseos; y estos interrogan también a sus padres. Ponen en duda la identidad del hombre sanado; posteriormente niegan la acción de Dios, poniendo como excusa que Dios no actúa en sábado; llegan incluso a dudar que aquel hombre naciera ciego.