MADRID,
La festividad de la Ascensión del Señor a los Cielos se celebra 40 días después de la Resurrección y su fiesta litúrgica se traslada al domingo siguiente más cercano, en este caso el 16 de mayo de 2021. El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, explicó el sentido de esta fiesta en donde "Jesús bendijo a sus apóstoles, les encomendó el mandato misionero de ir al mundo entero a predicar el Evangelio y se fue al cielo, donde nos espera como la patria definitiva".
Mons. Fernández explicó el sentido de esta importante fiesta en una carta pastoral publicada en el año 2019.
Según explicó Mons. Fernández, los apóstoles pudieron "convivir con Jesús durante cuarenta días después de su Resurrección, de manera que les quedó fuertemente certificada la certeza de que está vivo, de que ha inaugurado una nueva vida para él y para nosotros".
"La fiesta de la Ascensión viene a ser el colofón de la Resurrección, porque, una vez resucitado Jesús, su lugar propio es el cielo, la gloria, estar junto al Padre. Pero ha tenido con nosotros esta inmensa condescendencia de dejarse tocar por los suyos y de compartir con ellos el gozo de la Pascua", precisó.
Una vez que Jesucristo subió a los Cielos, Mons. Fernández afirmó que nuestra relación con Él es de "fe y de amor, en la esperanza de vernos un día cara a cara y saciarnos plenamente de su presencia gozosa en el cielo. Vivimos en la espera de ese día feliz, pero ya gustamos desde ahora su presencia de otra manera en la vida cotidiana de la Iglesia".
Según explicó en su carta, Jesús está "presente en los sacramentos, especialmente en el sacramento de la Eucaristía, que nos ha dejado como testamento de su amor", también en "las personas y en la comunidad eclesial, donde él ha prometido estar con nosotros hasta el final de los tiempos", además de "en los pobres y necesitados, con los que ha querido identificarse y a través de los cuales reclama continuamente nuestro amor".